Una familia vive plácidamente dentro de una sociedad que los respeta y aprecia, pero a poca distancia hay un pueblo totalmente distinto a ellos, al que todos tienen prohibido ir. El primer lugar es Villa Espanto, un sitio habitado por seres monstruosos; mientras que el otro es Bella Vista, donde los pobladores responden a la imagen tradicional. La aventura comienza cuando, contra todas las órdenes, Mía -en vez de ir a su escuela- se desvía de camino y conoce a Luna.
“Los Fabulosos ¡Buu! Un musical bien monstruoso” es el musical infantil que aporta una reflexión sobre qué representa “ser normal” e interpela ese discurso desde la autoría de Gastón Marioni y música original de Hernán Matorra. La obra es montada por el Teatro Estable de la Provincia, con la dirección de Ricardo Podazza, quien comparte la puesta en escena con Jorge Lobato Coronel, mientras que la dirección coreográfica es de Noé Andrade. Con las actuaciones de Kika Valero, Jessica Carrizo, Emilia Guerra, Ruth Plaate, Eloisa Martínez Romero, Guillermo Arana y Mariano Juri, se verá a las 17 en la sala Orestes Caviglia (San Martín 251), con entrada libre y gratuita. “La obra plantea el respeto hacia lo distinto, la comprensión hacia lo nuevo, la aceptación de lo que uno es y de lo que es el otro. Cosa tan difícil en estos tiempos”, afirma Podazza en diálogo con LA GACETA.
- ¿Cómo surgió la idea de esta puesta?
- Andrés D’Andrea, director artístico del Teatro Estable, me ofreció dirigir una obra infantil como despedida del elenco por mi jubilación. Me puse a leer varias obras en el verano y el texto llegó por Mariano Fernández, actor de Bella Vista y radicado en Buenos Aires, y me conecté con Gastón. Cuando lo leí pensé en el grupo, la comedia musical sabía que les fascinaba, lo hablé con Jorge y empezamos a idear cómo llevarla a escena, con qué estética, y fue surgiendo la idea general como un gran show de estos personajes exagerados y tremendamente queribles. Cuando presentamos el proyecto a las autoridades del Ente les encantó. Solo había que concretarlo. Gastón y Hernán son dos personas maravillosas con mucha sencillez y buena onda. No cambiamos el original , adaptamos la música a los tonos de los actores y recreamos la historia . Les doy libertad para jugar y luego me quedo con lo que más me gusta y le agrego lo que se me ocurre sobre la escena. A Jorge le dejo que me proponga sus locuras, empiezo a sumar las mías y vamos adelante. Es un artista polifacético. Y Noé hace un trabajo maravilloso. La creación es un trabajo colectivo, todos aportan y se logra el producto con el esfuerzo de todos. El objetivo es común.
- ¿Qué te atrajo?
- La teatralidad en sí, los juegos, los equívocos y todo lo que me gusta de la comedia. Y esta familia tan especial y la lucha de su hija para ser escuchada sin saber del todo lo que quiere, el choque con otra realidad, desconocida por ella y temida por sus padres. Además la música, que es estupenda.
- ¿Qué significa hacer teatro para la familia hoy en Tucumán?
- Es un desafío porque queremos llegar a todo el público. Siempre pensé que el teatro infantil incluye a padres, tíos, abuelos etc. Y hacerlo con una producción importante como esta, que hace mucho tiempo no se realiza en nuestra ciudad es una apuesta fuerte.
- Con esta obra ponés en debate la normalidad, algo que también hacés desde “El loco y la camisa”...
- En “Los fabulosos Buu” está instalado desde lo “no normal”, mientras que en “El loco...” supuestamente desde una “normalidad” que no acepta lo distinto. Aquí se van descubriendo unos a otros pero con algo de inocencia y asombro.
- ¿Lo normal se establece desde el punto de vista del enfoque?
- Por supuesto, eso de ponerse en lugar del otro, desde dónde se mira la realidad hace que todo cambie. No siempre es así, cuidamos nuestro lugar y lo otro no es lo que creo yo; por ende es temido y peligroso.
- ¿Cómo se rompen los estereotipos sociales?
- Los niños y jóvenes aceptan naturalmente todo sin prejuicios, a pesar de que muchas veces hay resistencia de sus familias a hacerlo. Los derechos adquiridos todos estos años son producto de la lucha de varias generaciones que lograron algo muy importante, con mucho sufrimiento y discriminación. Alentaron a transformar la visión de la sociedad hacia lo distinto, y todavía hay mucha resistencia a aceptarlo.